Comer y acostarse justo después puede favorecer el reflujo gastroesofágico y la acidez en personas que padecen de estas condiciones. También puede generar nauseas o malestar estomacal, sin embargo, si usted se acuesta después de comer y no presenta ningún síntoma, entonces no es "malo".
No se recomienda pues puede favorecer a la aparición de síntomas en las condiciones mencionadas con anterioridad, pero si usted no sufre de alguna de ellas y regularmente se acuesta luego de comer y no siente ninguna molestia, entonces no debe preocuparse.