Puede deberse a muchas cosas, pero evidentemente se trata de una infección respiratoria de vías altas (oído, nariz, garganta) que por lo general tiene un origen viral. Habría que descartar infecciones bacterianas de tipo otitis o amigdalitis primero. Lo mejor es hacerse examinar presencialmente por consulta externa. Incluso puede ser simplemente una gripe fuerte como la influenza, por ejemplo.