Las hemorragias, en general, son pérdidas grandes de sangre, que si no son controladas a tiempo pueden ocasionar la muerte. Tanto en personas normales como en diabéticos, una hemorragia grande ocasionar que la persona pierda la consciencia, ya que al perder volumen sanguíneo se produce hipotensión, es decir, se baja la presión arterial y no llega suficiente sangre a los órganos, lo que hace que la persona se sienta somnolienta y posteriormente, si no se controla la hemorragia, la persona muera ya que hay falla orgánica por la falta de sangre.
Una hemorragia moderada puede hacer que una persona se sienta mareada, pero al controlar el sangrado y solucionar la causa, la persona puede volver a estar como antes de la hemorragia.
Cuando hay pérdidas abundantes de sangre, se pueden requerir transfusiones para reponer el volumen sanguíneo.