La cocaína puede producir excitabilidad, arritmias cardiacas, estado de alerta intenso, dilatación pupilas, irritabilidad, paranoia, aumento de la presión arterial, sangrado nasal, náuseas, vomito, insomnio, depresión, entre otras.
La suspensión abrupta puede causar síndrome de abstinencia el cual puede producir depresión, agitación, ansiedad, exceso de fatiga, sueño agitado, convulsiones, arritmias cardiacas, sudoración excesiva, incremento de la presión arterial, psicosis y alucinaciones.
La cocaína es una sustancia psicoactiva ilícita que tiene el potencial de generar dependencia por lo que no se recomienda su uso de ninguna manera, además que es nociva para la salud.
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