La presencia de dolor y enrojecimiento localizado puede estar en relación con un traumatismo a repetición, por ejemplo el uso específico de un objeto que pueda impactar sobre dicha zona, o la presencia de un proceso infeccioso localizado (menos probable al ocurrir a ambos lados simultáneamente).
Puede realizar manejo inicial aplicando compresas frías y tibias de forma alternada en la zona, así como el uso de analgesia simple. Si el dolor incrementa o se torna incapacitante, es recomendable que acuda a control médico