Son múltiples las alternativas. Inicialmente, evalúa qué te la aumentaba antes de los 40, qué te la quitaba, y cómo lograbas mantener el placer. Luego, pasa a evaluar qué situaciones te generan placer actualmente y trata de incorporarlas a tu cotidianidad, si te es posible incluye lo que te ayudaba antes.
Si esto no funciona, te sugiero que consultes para que te valore un ginecólogo o una ginecóloga y te oriente al respecto.