Eso depende directamente de la edad de la persona afectada y la situación ambiental, es decir: es un adulto mayor, hay alguna pérdida familiar cercana, es adolescente, etc. Pero en general es una combinación de factores ambientales, de personalidad y en algunos casos una predisposición genética. Sin embargo si es tu caso, consulta con tu médico de confianza para una valoración completa.