Esto puede indicar que los músculos pectorales están desacondicionados y el peso de los senos los mantiene en tensión constante. Para esto debe tomar en cuenta varios factores: iniciar ejercicios que permitan el fortalecimiento de los músculos pectorales con una frecuencia de al menos tres veces por semana, bajar de peso para disminuir la cantidad de grasa que aporta al tamaño de sus senos y finalmente, mantener la piel de los senos bien hidratada para evitar resequedad que se produce por el aumento de tamaño de los senos y estiramiento de la piel: