Generalmente posterior a un aborto (incluso sin realización de legrado) es necesaria la anticoncepción por lo menos durante 6 meses, período el cual se puede extender hasta por un año, todo esto con el fin de evitar problemas durante la siguiente gestación que puedan poner en riesgo la vida de la madre y el feto, tales como anemia materna, pérdida del embarazo, parto prematuro y bajo peso al nacer.