Primero que todo debes tener en cuenta que existen varios tipos de epilepsia en donde a pesar de que todos los exámenes se encuentren normales, hay una condición subyacente que predispone a una persona a tener convulsiones y sufra de epilepsia. La epilepsia tiene muchas causas, desde lesiones directas cerebrales hasta predisposiciones genéticas. Sería ideal conocer antecedentes de tu bebé, tales como si hubo problemas durante el embarazo o durante el parto, si requirió de hospitalizaciones o sufre de otras enfermedades, entre otros. El hecho de que todo esté normal no significa que la enfermedad no exista, de hecho éste caso no es infrecuente, y de igual forma se debe seguir al pie de la letra las recomendaciones y tratamiento dados por los profesionales de la salud tratantes, incluyendo la continuidad de los medicamentos anticonvulsivantes. Así mismo debes tener claro que también es una buena noticia el hecho de que hayan descartado infecciones o lesiones estructurales (como tumores o malformaciones) que pueden amenazar la vida del bebé. Finalmente debes saber que dependiendo del tipo de epilepsia, las personas que sufren de esta enfermedad pueden llevar una vida normal siempre y cuando cumplan con el tratamiento instaurado. Recuerda que si tu bebé presenta convulsiones muy seguidas o no para de convulsionar, que presente dificultad para respirar o fiebre incontrolable, así como el hecho de que esté muy dormido, hacen parte de los signos de alarma para que consultes inmediatamente por urgencias. Recuerda continuar con los controles por pediatría y neuropediatría.