Las pruebas de tercera generación de VIH, identifican la producción de anticuerpos que genera el organismo de la persona infectada. Éstos anticuerpos se producen habitualmente entre los 25 días y las 12 semanas después de la infección.
Es decir que para poder dar un resultado negativo definitivo en las pruebas de tercera generación de VIH, es necesario que hayan pasado mínimo 12 semanas (3 meses) desde la última situación de riesgo.
Un resultado negativo pasadas las 12 semanas es confiable.