Los antihistamínicos de segunda generación como lo son la cetirizina y la bilastina, se consideran mas seguros debido a que no es frecuente que se presente somnolencia después de utilizarlos, sin embargo, en algunas personas si produce este efecto. Existen antihistamínicos de tercera generación como la desloratadina o la levocetirizina que cuentan con menos probabilidad de efectos adversos, es decir, debería poder utilizar estos antihistamínicos sin que le produzcan sueño. El uso de antihistamínicos en general no interfiere con la eficacia de las píldoras anticonceptivas, por lo que no debe preocuparse. Debe consultar con su médico tratante antes de tomar la decisión de interrumpir o modificar su tratamiento, para que obtenga la orientación mas personalizada posible.