Estos síntomas asociados se dan por propagación del dolor a zonas que se encuentran en relación con la glándula, y al esta estar inflamada (prostatitis) los nervios pueden verse afectados y enviar una señal de dolor. Sin embargo, si el dolor en la espalda persiste, es importante que se haga un diagnóstico diferencial con otras condiciones de la próstata. Esto se hace mediante un examen físico e historia clínica completa, con tacto rectal y pruebas en sangre, que descarten condiciones malignas de esta glándula.