Un desayuno balanceado debe incluir proteína (huevo, legumbres, e incluso carnes), carbohidratos complejos (pan integral, lácteos, evitando el consumo de cereales de venta comercial altos en azúcares refinadas) y grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, y lácteos). Esta es una de las comidas más importantes porque le proporciona energía a tu cuerpo para el resto de las actividades del día, y porque tener un desayuno abundante y rico en varios nutrientes esenciales puede disminuir el apetito durante el resto del día, contribuir a mantener niveles de insulina adecuados en la sangre, entre otros beneficios.