No está demostrado que los suplementos de omega 3 sirvan para prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que la mayoría no pasa por los estudios clínicos estándar para avalar su uso. La fuente ideal del omega-3 es el pescado con una dosis diaria de 250 a 500 miligramos (mg) de EPA y DHA (tipos de Omega-3) para adultos sanos. El aceite de Krill podría contener dosis más altas de las necesarias sin justificación clínica pero también contiene otro elementos antioxidantes como la astaxantina y vitaminas A, D y E, sin embargo, la indicación se suplementos solo suele darse a adultos con enfermedad cardíaca coronaria y con colesterol alto,