Para disminuir el riesgo de infarto es necesario restringir el consumo de grasas y carbohidratos, evitar los alimentos fritos, evitar las carnes rojas con alto contenido de grasa, llevar una dieta saludable, consumiendo 5 porciones de fruta y verdura cada día; es importante mantener un peso adecuado y realizar actividad física mínimo 150 minutos cada semana.