Los síntomas son dolor torácico de larga evolución, además asociado a dificultad para respirar, en algunas ocasiones puede haber tos seca, o con secreciones además de expulsión de sangre o pintas de sangre, y en algunos casos se presenta fiebre y perdida de peso. El diagnóstico debe hacerse con imágenes radiológicas y posteriormente con toma de biopsia pulmonar