La placenta previa o baja puede evidenciarse por medio de una ecografía desde el primer trimestre (primeras 12 semanas de embarazo), aunque con el crecimiento del útero esta se puede ir desplazando.
Por esa razón solo después de la mitad del embarazo se vuelve algo significativo. Es importante que si usted tiene placenta previa, esté en seguimiento por el gineco-obstetra.