Los bebés o niños -en general- tienen sus reflejos intactos y existen diferentes estructuras que evitan que ingrese líquido de cualquier origen a un órgano como los pulmones. El suero fisiológico ayuda a despejar las vías aéreas superiores pero no se aloja en los pulmones ni ingresa a ellos. No los perjudica y sí ayuda a movilizar las secreciones.