La pérdida de sangre en cualquier situación -incluido el embarazo- causa diferentes síntomas como fatiga, palidez, desgano, dificultad respiratoria, entre otros.
Si esto ocurre durante el embarazo puede alterar el estado normal de este y comprometerse la circulación del bebé. En un caso, donde se pierda mucha sangre se debe consultar inmediatamente a urgencias para evaluar la necesidad de dar diferentes tratamientos.