Cada vez que se ingieren alimentos se traga un poco de aire y ese aire en el estómago provoca una distensión que después -por relajación de un músculo- es el que sale eliminado por la cavidad oral en forma de eructo. La mayoría de las veces es normal presentar los eructos, pero muchas veces también pueden estar asociados con reflujo gastroesofágico y con acidez estomacal.
Su tratamiento es comer despacio, reposar después de las comidas, evitar las bebidas con gas y no ingerir grandes cantidades de alimento. En caso de tomar estas medidas y persistir con la sintomatología es necesario acudir a su médico para descartar el componente de reflujo.