Una mala circulación es la dificultad que experimenta la sangre para fluir dentro de los vasos sanguíneos con normalidad. Una de las causantes de la mala circulación puede ser la aterosclerosis, que se produce porque las arterias se obstruyen, disminuyendo el riesgo sanguíneo al órgano o zona corporal que deberían cubrir. En la aterosclerosis, las arterias están taponadas por unas placas formadas por colesterol y grasas que se pegan a sus paredes y que se endurecen por la adhesión en ellas de diferentes componentes, entre los que destacan el calcio. También pueden ser factores hereditarios, falta de ejercicio físico, jornadas de caminata, sobrepeso, disfunciones hormonales, toma de anticonceptivos en algunas pacientes, efectos secundarios de algunos medicamentos, entre otros.