Si existen piedras en la vesícula que obstruyen la vía biliar, estas suelen ocasionar dolor e inflamación de esas estructuras y eso necesitaría corregirse con cirugía. De salir espontáneamente tienden a seguir su camino al duodeno (primera porción del intestino delgado) y de ahí su recorrido hasta ser expulsadas con las heces fecales.