Una persona asmática puede vivir su vida común y corriente siempre y cuando se tenga un manejo adecuado de la enfermedad y se identifiquen los desencadenantes de las crisis como por ejemplo el polvo, el frío, los cambios bruscos de temperatura, algunos alimentos. Por lo tanto, puede entrar a la piscina pero no permanecer con la ropa mojada fuera de ella, puede bañarse en la tarde siempre y cuando no se acueste con el pelo mojado, y puede salir en la noche siempre y cuando no esté con un cuadro grupal, o un episodio de crisis.