El consumo agudo de la cocaína se manifiesta por ser algo estimulante, la persona está eufórica, alerta, puede tener ansiedad, sudoración, está caliente, la piel puede estar un poco roja, las pupilas están dilatadas, la frecuencia cardíaca aumentada, la tensión alta. Con dosis altas se pueden generar convulsiones, dolor torácico que podría indicar infarto.