Esto se relaciona, probablemente, por el clima en el que se encuentra y la actividad física que realice la niña, a los 2 años los niños suelen mantenerse en movimiento, por lo que esto en relación con las condiciones climáticas facilitará que perciba mayor sensación térmica deseando más líquidos, por lo que sería normal. Si se considera que se trata de cantidades excesivas, lo ideal sería cuantificar con esto y evaluar a través de la consulta externa para descartar alteraciones asociadas.