Estar o no circuncidado no altera el riesgo de contraer alguna infección de transmisión sexual. Lo único que lo protege a usted es el uso del preservativo y evitar conductas de riesgo.
Si no ha tenido ningún tipo de secreción, inflamación, dolor, ardor, probablemente no tenga ninguna infección. Sin embargo la única forma de confirmar esto es realizando exámenes de tamizaje para infecciones de transmisión sexual.