Si usted tiene diagnosticados cálculos renales, dependiendo del tamaño, puede excretarlos directamente. Para ello se recomienda un alto consumo de agua de forma constante, de tal forma que sean empujados.
Si son grandes y no atraviesan los uréteres (conductos que conectan los riñones y la vejiga) se requiere destrucción vía láser o por cirugía.