El aceite de oliva es rico en grasas poliinsaturadas, a las cuales se les ha atribuido múltiples beneficios para la salud, se recomienda no someter a altas temperatura o si se realiza no reutilizar pues pierde gran parte de sus propiedades. No se han reportado contraindicaciones para su uso durante el embarazo, pero recuerde que siempre debe tener una dieta balanceada donde las grasas solo representan un pequeño porcentaje de los requerimientos energéticos; ante la presencia de cualquier efecto adverso que crea sea atribuible al uso de estos productos, debe consultar de inmediato a su médico.