Cuando se pierde algún grado de audición en uno o ambos oídos, esa pérdida auditiva no es recuperable. Eso se debe a que se pierden en el oído células importantes que transmiten al cerebro las frecuencias de los sonidos que escucha. Existen patologías o causales que hacen que se pierdan estas células: desde intoxicaciones, pasando por traumas de cráneo hasta enfermedades congénitas u exposición a ruido. Cada caso debe ser evaluado de forma particular para así saber de qué forma proceder en cada caso y tratar de que la persona tenga una capacidad auditiva que le permita llevar su vida lo más cercano a lo normal posible.
En ocasiones este tipo de acúfenos o tinnitus mejoran, en otros se vuelven permanentes, hasta el punto en que la persona debe aprender a convivir con dicho zumbido.