No hay ninguna evidencia que indique que se afecta la salud de un recién nacido por el uso continuo de anticonceptivos orales en el pasado.
Si usted asiste periódicamente a sus controles prenatales, tiene un embarazo sin complicaciones y sigue las recomendaciones adecuadas para la alimentación el recién nacido durante los primeros 6 meses de vida (solo leche materna), acude a controles de control de crecimiento y desarrollo como lo indica el pediatra, no debe haber mayor problema con el bebé.