Posiblemente la presencia de las flemas no sea por una alergia a la leche, sino por un factor ambiental el cual puede estar generando una irritación de la vía aérea, por ejemplo, polvo, humo, contaminación, aire acondicionado, entre otros. Si el niño no mejoró posterior al tratamiento recibido, es recomendable una nueva valoración con el pediatra de forma presencial.