El virus de la Hepatitis C se transmite a través de la sangre y las causas de infección más comunes son las prácticas de inyección poco seguras, la esterilización inapropiada de equipo médico y la transfusión de sangre y productos sanguíneos sin analizar. En realidad los virus pueden vivir en superficies inertes hasta 72 horas pero la prevención siempre será la mejor herramienta para evitar este tipo de casos.