Nacer con la bolsa amniótica íntegra o intacta, sin romper, con el bebé rodeado de líquido amniótico, tal y como estuvo en el útero materno, es extremadamente raro, pero a veces ocurre. Es lo que se llama parto velado o empelicado; a los niños que así vienen al mundo se les conoce como enmantillados, con manto, velo o toquilla. Un acontecimiento extraordinario. No hay una causa como tal, sencillamente la membrana amniótica no se rompe como en la mayoría de los casos y el bebé nace dentro de ella, pero al final se termina rompiendo fuera.