Realmente no supone riesgo elevado de daño retiniano. Simplemente, el ojo responde menos rápido a los cambios de luz, y las consecuencias puede ser cefalea y dificultades leves para enfocar adecuadamente. Como manejo, antes de comprar cualquier lente, consulte con un oftalmólogo para poder tener una fórmula certera y proteger mejor sus ojos.