El parto debe producirse hacia las 38 semanas. Se debe acudir al servicio de ginecología si se presenta salida de líquido claro abundante por vagina, contracciones frecuentes ( 3 en 10 minutos) o alguna complicación como sangrado o disminución de los movimientos fetales. Igualmente, se debe asistir a cita con el ginecólogo para que se confirme que todo se encuentra en las mejores condiciones.