La acción de la penicilina inicia el mismo día de la aplicación, por lo que la mejoría se espera que se presente durante los siguientes días a la administración; en su caso, al haber pasado 5 días, si sus síntomas no han mejorado o por el contrario han empeorado le recomiendo consultar nuevamente de manera prioritaria.
Ahora bien, es importante aclarar que no todas las amigdalitis son de origen bacteriano, por lo cual en su caso se debe considerar si existe otra causa diferente de una infección bacteriana, caso en el cual la penicilina no tendría efecto alguno; por este mismo motivo se debe evitar la automedicación.
La Penicilina es un antibiótico del grupo de los betalactámicos que sirve para el manejo de algunas infecciones causadas por bacterias. Dentro de los efectos secundarios que puede generar se encuentran: aparición de lesiones en la piel, urticaria, fiebre, diarrea, náuseas, dolor de cabeza, colitis, anemia de tipo hemolítico, alteraciones en los leucocitos y las plaquetas, enfermedad renal o neurológica. Si los efectos son muy importantes puede ser necesario manejarlos con medicamentos, si son muy severos puede ser necesario suspender el tratamiento; cuando se aplica penicilina por primera vez se recomienda realizar una prueba de sensibilidad a la penicilina para evaluar el riesgo de reacciones alérgicas.
Este medicamento se debe usar con precaución en personas con enfermedad renal, personas con antecedentes de colitis, igualmente en personas con condiciones alérgicas puesto que tienen mayor riesgo de desarrollar reacciones de hipersensibilidad a este medicamento.
Su uso en el embarazo y la lactancia debe realizarse bajo supervisión médica.