Un episodio gripal común, por lo general no toma más de 15 días dentro de un comportamiento promedio normal. Si los síntomas se prolongan mas allá de 15 días para un bebé, puede ser potencialmente peligroso y se debe revisar para prevenir complicaciones, esto se debe a que los bebés son muy susceptibles a infecciones respiratorias altas y bajas por la inmadurez de su sistema inmune.