Las consecuencias a corto plazo están relacionadas más que todo con la cirugía, infecciones, sangrado, trombosis profundas, necesidad de reintervención. A largo plazo se puede ver disminuida precozmente la función renal, debido a una hiperfiltración inicial que se da para compensar la ausencia del otro riñón. La principal condición para ser donante es que sea compatible con la persona que va a recibir el riñón, para lo cual se deben realizar estudios específicos para determinar si el receptor si es compatible con el riñón del donante.