La tos es producida para expulsar un agente irritante de la vía aérea superior. Por lo general la tos después de una infección respiratoria puede durar de 2 a 3 semanas. Con una radiografía sin alteraciones por el momento puede evaluarse su evolución.
Se debe hidratar adecuadamente, evitar la exposición a humo o gases irritantes, comer temprano y no acostarse inmediatamente (evitando el reflujo). Si la tos persiste deberá consultar a su médico para realizar un examen presencial.