La respuesta está en la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina, principalmente). Estas pueden tener efecto mediador en la disminución del efecto inflamatorio causado por el sistema inmune frente a una agresión y al tiempo causar que ciertos inmuno-reguladores estimulantes disminuyan su secreción (interleucinas) que al final hacen que las defensas sean menores (no nulas, pero si menores).