Su niño se está adaptando a una multitud de cosas que va encontrando en su vida: sus padres, su casa, su familia, sus amigos, juego, comida, horarios, luz, oscuridad, etc. Déjelo que se vaya adaptando de manera suave, amable y bondadosa. No lo presione. Poco a poco vaya educando sus horarios para que sean los más convenientes para él de acuerdo con la orientación del pediatra.