Una Discopatía por si sola no constituye un plan de tratamiento. Se debe establecer la severidad de la misma y los síntomas relacionados, antes de saber si se requiere o no cirugía. En la mayoría de los casos se debe iniciar con terapias, infiltraciones, manejo de dolor y en última instancia, la intervención quirúrgica. Pero como se mencionó anteriormente, esto depende de múltiples factores que sólo el médico tratante puede establecer.