Es normal que ante un problema, sobretodo, si es de gran envergadura y de esos que no se esperan, surjan quejas en el cuerpo físico como dolores, diarreas, insomnio, inapetencia, dolor en el cuello, espalda, etc. Esto ocurre por el impacto que se recibe y es una reacción ante algo de lo cual nos sentimos amenazados. En la medida que este evento se comprenda, se acepte, se resuelvan las cosas, poco a poco irán pasando en el cuerpo porque de la misma manera van pasando en la mente, en la psiquis.