La miopía es un defecto de refracción (graduación en dioptrías) en el que los objetos lejanos se enfocan delante de la retina y no sobre ella, por lo que la visión lejana es borrosa. Normalmente se produce por un incremento de la longitud del ojo, sobre todo a expensas de la parte más posterior del mismo. Cuando un ojo presenta más de 8 dioptrías hablamos de miopía magna (degenerativa) o alta miopía.
La aparición de esta alta miopía se inicia en la infancia, entre los 5 y 10 años, y tiende a estabilizarse al finalizar la adolescencia. Afecta a un 2% de la población. Pero puede suceder que el aumento de longitud del globo ocular no se detenga y, por lo tanto, la miopía siga aumentando. Cuando esto sucede pueden aparecer complicaciones en el vítreo, retina o coroides todas ellas en el segmento posterior del ojo. Esta miopía que se complica con la edad recibe el nombre de miopía degenerativa.
Los problemas más frecuentes que pueden presentar los pacientes con alta miopía son:
- Atrofia progresiva de la retina y la coroides, pudiendo afectar a la zona central de la misma: la mácula.
- Desprendimiento de retina: Existen con frecuencia degeneraciones periféricas de la retina debido a la excesiva longitud antero-posterior del ojo, que facilitan la aparición de agujeros o desgarros cuando se produce un desprendimiento de vítreo posterior (DVP).
- Agujero macular miópico. El desarrollo de vasos sanguíneos por debajo la retina (membrana neovascular subretiniana), similares a los que aparecen en la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en su forma húmeda.
- La separación entre sí de las capas de la retina, llamada retinosquisis macular.
- Alteraciones en el nervio óptico. Los pacientes con alta miopía pueden presentar visión borrosa o ver líneas torcidas (metamorfopsia). Cuando esto ocurre, debe realizarse una visita el oftalmólogo de manera urgente.
Pero no todas las lesiones de la retina que presentan los ojos miopes dan síntomas, por lo que es recomendable realizar controles periódicos realizando una exploración ocular completa para detectarlas. Aunque no se puede prevenir la progresión de la miopía, sí se pueden tratar algunas de las complicaciones que desarrollan estos pacientes mediante la cirugía vitreorretiniana (desprendimiento de retina, agujero macular) o inyecciones intravítreas (membrana neovascular subretiniana). Con la alta miopía existe mayor riesgo de sufrir otras enfermedades como la catarata precoz y el glaucoma crónico. Dependiendo de qué complicaciones se vayan presentando estas pueden ser tratadas de diferente forma.