La infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) inicialmente puede no presentar sintomatología. A medida que la enfermedad avanza y el virus se replica en el cuerpo, puede empezar a presentar síntomas inespecíficos como dolor de cabeza, diarrea, inflamación de los ganglios, dolor de garganta y pérdida de peso.