El cuerpo siente sed cuando faltan líquidos o aumenta la concentración de electrolitos. En las personas sanas las causas por las que se pierden más líquidos son el calor ambiental, el ejercicio, ambientes muy secos (aquellos con aire acondicionado) y la pobre ingesta de líquidos. Se puede sentir más sed cuando tenemos un consumo alto en sal. También se puede aumentar la pérdida de líquidos por enfermedades que produzcan diarrea y/o vómito o producirse como respuesta a otras enfermedades como la Diabetes. Se recomienda aumentar la ingesta de agua a los niveles recomendados (entre 2 y 3 litros al día) y disminuir el consumo de sal o de alimentos muy salados como la soya. Si después de estas medidas se sigue percibiendo sed como anormal, se recomienda consultar para la realización de un examen físico completo y algunos exámenes que permitan aclarar si hay o no enfermedad.