Mantener una dieta balanceada, horarios establecidos de alimentación, evitar periodos de ayuno prolongado, seguir estas recomendaciones de alimentación: Mantener una dieta baja en grasas saturadas e hidrogenadas pero alta en fibras, que ha demostrado ser muy efectiva. Si los síntomas son severos o se han llevado por algún tiempo, aumentar la cantidad de fibras en la dieta gradualmente. Comer a plenitud vegetales de hojas verdes, ya que estos contienen vitamina K, la cual es necesaria para curar las lesiones gástricas. No consumir café, bebidas alcohólicas y carbonatadas, jugos cítricos, azúcares refinados, especias picantes. Estas sustancias son irritantes para la mucosa gástrica y también causa secreción adicional de ácidos gástricos. Beber diariamente jugo fresco de coles. Beberlo inmediatamente después de prepararlo. Si los síntomas son severos comer aguacate, banano, papa, zucchini, pepinos, calabazas; prepararlas en forma de papillas, comer ocasionalmente brócoli y zanahorias, aumentar el número de comidas pero hacerlo en pequeñas porciones. Para un rápido alivio del dolor beber tragos largos de agua, estos diluyen los ácidos del estómago. Evitar las frituras, sal, chocolate, las grasas en general, alimentos procesados. No comer carnes rojas (cerdo, res, cordero) y preferir pollo, pavo y pescado sin piel. No beber leche de vaca, si bien neutraliza los ácidos del estómago el calcio y la proteína que contiene estimulan más la producción de ácidos. La leche de soya es un buen sustituto. Evitar ingerir bebidas demasiado calientes, dejar enfriarlas antes de beberlas. Mantener limpio el colon y asegurarse de que los intestinos evacuen diariamente; hacer enemas de limpieza periódicamente. Preparar en licuadora o extractor de jugo los siguientes jugos: espinaca repollo y apio y se recomienda ingerirlos una o dos veces al día. Evitar el alcohol y el cigarrillo.