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Además de la presión que ejerce la cabeza del bebé en la pelvis de la madre, las hormonas favorecen cambios en todas las articulaciones para que estas se vuelvan más laxas (sueltas) y permitan el paso del bebé por el canal del parto. Todos estos cambios producen molestias e incomodidad en la madre.
Para disminuir el dolor, es importante que cambies de posición frecuentemente: camina un poco, luego siéntate en una silla cómoda y no muy baja, una almohada en la parte baja de la espalda te ayudará a mejorar la postura. Y permítete descansar en la cama con los pies levantados cada cierto tiempo. Una posición que ayuda bastante y sobre todo en la noche es acostarte sobre tu lado izquierdo, con las piernas ligeramente flexionadas, y colocar una almohada entre tus dos piernas a nivel de las rodillas. Esta posición permite relajar la articulación de la pelvis y te permitirá descansar más cómoda.
Si no puedes controlar las molestias, y el dolor aumenta, debe ser consultar a tu médico.
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