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No existen beneficios que sopesen los riesgos en tomar ningún tipo de bebida alcohólica según recientes estudios (1). El nivel más seguro, desde una perspectiva de salud, es no beber en lo absoluto. Esto se explica que aún teniendo en consideración que podría tener algunos efectos positivos, especialmente cardioprotectores (en mujeres mayores de 65 años), estos no compensan el aumento de riesgo cardiovascular de ACV, de cáncer y de accidentes de tránsito que son ampliamente conocidos.
El vino y los triglicéridos no tienen una relación directa comprobada. Sin embargo, es muy probable que un alto consumo de vino aumente los niveles de triglicéridos en vista de la ingesta de las calorías contenidas en el mismo.
Uno de los aspectos positivos del vino que lo destaca por encima de otras bebidas alcohólicas es su contenido de resveratrol. El resveratrol es un muy poderoso antioxidante que en algunos estudios ha mostrado un efecto inhibiendo todas las fases de la carcinogénesis (iniciación, promoción y progresión) además se ha reportado que tiene propiedades:
Además, de verse apoyado parte de estos "beneficios" por el etanol como por los polifenoles presentes en el vino.Se ha sugerido que puede intervenir en la prevención del cáncer de mama favoreciendo la estabilidad de los niveles de estrógeno y testosterona (3).
Se ha descrito también que puede limitar los efectos tóxicos de la radioterapia en pacientes con cáncer. Otros estudios han relacionado otro componente, el piceatannol, con una capacidad de bloquear la habilidad de una célula grasa inmadura de desarrollarse y crecer lo que podría ayudar a evitar la obesidad. También lo vinculó a la prevención de diabetes (4), depresión (5) y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la demencia pero los estudios son poco concluyentes al respecto.
La recomendación actual de la American Heart Association es que si es necesario se beba con moderación, lo que significa para hombres hasta dos copas (280 ml) de vino por día, dejando dos días libres de alcohol a la semana, y para las mujeres se reduce un vaso de vino por día, dejando dos días libres. Todos los efectos "beneficiosos" del vino se podrían obtener por otras vías sin necesidad de incluirlo en la dieta.
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